Me tomo la libertad de pegar aqui este artículo sacado del blog de Jorge Búsico (http://www.periodismo-rugby.com.ar/)
El autor es Rodolfo O´Reilly
Patadas
7 de Diciembre, 2009
Por Rodolfo O’Reilly (*)
De chicos, agarrábamos una de esas pelota redondeadas por el uso – ahora no hay más-, nos poníamos uno, dos o tres por lado y nos pasábamos las horas jugando a la “pateata”. Había un reglamento que prescribía que si se agarraba de aire, parado, la patada de los contrarios, se devolvía el kick desde el lugar y si se lo agarraba corriendo, la norma te autorizaba a dar dos o tres pasos hacia el frente y luego patear. Era un juego menor, para vagos, a la salida del colegio, que esperaban a otros vagos para jugar al tocado.
Hoy, insólitamente, hemos sido testigos en los partidos de las selecciones de los países que se han disputado en esta última ventana internacional, que la vieja y aburrida “pateata” formó parte sustancial de los aquellos encuentros.
A poco de revisar la cuestión es dable afirmar que la patada arriba, demostración palpable, en épocas pretéritas, de incapacidad ofensiva, se origina en el predominio que ha tomado la defensa sobre el ataque, como consecuencia de un reglamento absurdo que intentó darle mayor continuidad al juego al permitirle al portador tackleado hacer, en el suelo, un movimiento que le da la chance a su equipo de preservar la posesión de la pelota. El tiro salió por la culata.
Esta circunstancia analizada largamente por nosotros, más allá de haber originado las figuras harto criminales del “pescador” y la “casita” –que han producido muertos y parapléjicos- , fue la generadora del “pick and go”, jugada que le da razón a un amigo que señala que el rugby es “catch con pelota” o, lo que es lo mismo, un juego que estupidiza a los que lo practican.
No hay más que revisar el partido de Nueva Zelanda con Francia, en Gales, en el último Mundial, que ganaran los galos. Los Blacks en ese partido hicieron un movimiento (¡bah!, si se puede llamar así) de 26 fases sin pase alguno o con un pase con el que nunca pudieron perforar la línea defensiva francesa. Un soberano asco sólo achacable a un reglamento inventado por retrógrados (Bill Beaumont y Graham Mourie, entre otros), porque imagino que los neocelandeses pueden jugar otra cosa…
Los poseedores de las pelotas que emergen de las formaciones fijas o de otros lugares de lanzamiento del juego ulteriores a una toma de contacto, se encuentran con defensas que tienen definido que el tackle está convertido sólo en herramienta para detener el intento de ataque del contrario, y que ha dejado de ser el medio de disputa y recuperación de la pelota.
Sabedores que no habrá recuperación para contraatacar, la defensa está dispuesta en el último centímetro permitido antes de caer en offside. ¿Qué opción alternativa le queda al portador? El “up and under”. Tétrico.
A su vez, el jugador que recibe la pelota, producto de la patada arriba, casi siempre el 15 o algún wing, el 99% de las veces tiene a todo su equipo delante de él lejos, muy lejos -recordemos que estaba en el último centímetro permitido-, por lo que no le queda otro recurso que pegarle un chumbazo arriba, replicando la circunstancia anterior.
Imposible de soportar. Amén de los golpes que recibe el que “abaraja”, diría A.B.V., si no toma la pelota en el aire. ¿Qué hacer? Asumiendo el riesgo de ser señalado como temático y reiterativo, reitero: que los “doratas” de la IRB, causantes de los males que aquejan al rugby y que se reflejan en las normas reglamentarias, vuelvan a la disposición antigua que prescribía que el tackleado no puede efectuar movimiento alguno en el suelo, de tal forma que, si mi tackle tiene una técnica tal que la pelota queda a disposición de mi equipo, se abre la posibilidad de contraatacar. Esto generará que mis backs (con el agregado de los forwards que se nos antoje) estarán dispuestos de una manera diferente –más lejos de la línea del offside-, lo que les permitirá llevar la pelota al lugar en donde se logre el dos a uno.
Esto abrirá el juego, lo hará más lucido y vistoso. Será más divertido para los que lo juegan, aunque creo que, en estos tiempos, ha dejado de ser importante. Habrá el doble o triple de pases. En fín, los inteligentes volverán a primar. Dejará de ser tan físico. Hay miles de argumentos más, pero será para la próxima Encíclica.
(*) Ex entrenador del CASI y Los Pumas, actualmente entrena las juveniles de Virreyes. Michingo escribió este artículo especialmente para este blog.
Patada
Re: Patada
Tela, tela de interesante. Un comentario: algunas veces me parece que los jugadores son tan grandes (anchos) y pesados, que les cuesta trabajo manejar, y sobre todo atrás me parece ver menos creatividad en el juego. Me da la sensación de que se pasan algunos de estar lo bastante fuerte para este deporte (poder recibir cargas y placajes) a estar muy duro y voluminoso como un fin en sí.