Quisiera compartir con vosotros este artículo de opinión que acabo de leer en el diario montañés:
Rugby y olimpíadas
26.10.2009 -
ALBERTO GATÓN LASHERAS Alberto Gatón Lasheras es doctor en Derecho y Derecho Canónico
"A mis compañeros del Estudiantes Rugby Club y de la Selección Cántabra de Rugby"
Hay una definición, bastante popular, que reza: "el rugby es un deporte de animales practicado por caballeros". Y que posee algo de verdad, porque el rugby, a pesar del profesionalismo que contamina su esencia amateur y universitaria, desde que nació en Cambridge en las postrimerías del siglo XIX es puro deporte. Como deporte fue reconocido en los Juegos Olímpicos en las Olimpíadas de 1900 en París, cuando la selección de Francia conquistó la medalla de oro, en 1908 en Londres cuando venció la de Australia, y en Amberes en 1920 y París en 1924 cuando en sendas ocasiones ganó Estados Unidos, y de nuevo los Juegos Olímpicos acogen el rugby como deporte en Río de Janeiro el próximo año 2016. Y ya era hora de que regresara a la disciplina olímpica un deporte que nunca debió desaparecer de sus citas olímpicas, puesto que suma al esfuerzo personal y del grupo el compañerismo, sacrificio, lealtad y nobleza que han de regir cualquier especialidad deportiva.
Lo de deporte de animales, y lo escribo con una sonrisa, tampoco es falso por completo: si el filósofo griego Aristóteles en sus "Éticas" definió al ser humano como "animal racional", en el incruento campo de batalla entre las líneas de palos pelean dos escuadras con nobleza racional y fuerza animal, buscando la victoria que sublime las ansias guerreras de cada componente y aficiones en liza. Y si es verdad que en un partido de rugby (siempre sin conducta antideportiva) hay que alimentar el instinto animal para que los músculos se tensen, se agudicen los sentidos y se entreguen cuerpo y alma en favor del equipo, también es cierto que es un deporte de caballeros porque sólo la nobleza, el compañerismo y la honorabilidad hacen que en un partido de treinta hombres sin más protección que sus cuerpos, y dispuestos al choque por defender sus colores, ni las lesiones -que las hay- ni el mal comportamiento -como blasfemias, insultos o malos modos- sean tolerados. Al contrario, es un juego de caballeros listos a batirnos con determinación, placar sin renuencias y defender con valor al compañero, que al acabar el partido nos saludamos con un apretón de manos como inicio del tercer tiempo, perdonamos choques del encuentro, y tras limpiar heridas, golpes, sudor y barro, compartimos cervezas y cánticos hermanados en la alegre camaradería de quienes jugamos al rugby simplemente por amor al deporte, que es amistad, cultura, felicidad y vida.
Valores del rugby que en España fueron introducidos, como sus reglas, vestuarios, ritos y costumbres, por jugadores y entrenadores con mentalidad europea y humanista, primero en el "Club Deportivo Español" y luego en la "Unión Deportiva Santboiana", el vallisoletano 'El Salvador', los madrileños 'Arquitectura', 'Real Canoe' o 'Cisneros', el aragonés 'Tarazona', los asturianos 'Oviedo' o 'Jovellanos', los vascos 'Guecho' o 'Atlético San Sebastián', o los cántabros 'Estudiantes', 'Universidad', 'Veteranos', 'Cantabria', 'Independiente', 'Reinosa', 'Santoña' o 'Flandes'. Y, además de la inspiración universitaria, en el rugby existe una dimensión espiritual que realza el deporte como actividad buena y noble. No es de extrañar que el mítico equipo en la historia del rugby en España, "El Salvador" de Valladolid, lo fundara el Padre George Bernés, entrenador, jugador y director del equipo y de su escuela de rugby, la más prestigiosa de España; como, asimismo, que otros sacerdotes cooperaran con equipos como el "Cisneros" o el "Santboi", o que el del "Tarazona" lo compusieran seminaristas entrenados por el Padre López. Porque el rugby no es sólo un deporte de choque, sino de lealtad, compañerismo, sacrificio y generosidad. La melé no puede ganar sin la tres cuartos, y esta línea nada lograría sin los meleros. Al compañero hay que redoblarlo en el esfuerzo, sujetarlo en la melé, elevarlo en la touch, correr cada patada a seguir, protegerlo en el suelo y, siempre, compartir el balón en cada jugada. Los líderes han de estar pendientes de sus camaradas, y cada ensayo es fruto del trabajo de cada una de las líneas y hombres. El rugby es un deporte de hombres motivados con un mismo fin, hermanados en la derrota y la victoria.
Un deporte que vuelve a los Juegos Olímpicos, de los que nunca debió salir, y que en nuestra región, con jugadores y entrenadores como Manolo Samperio, sigue presente en la hierba del nuevo campo e instalaciones del "Instituto Augusto Linares" y de "la Albericia", y en las generaciones de jugadores que en los distintos equipos y selecciones regional y española, en la categoría y edad que sea, mantienen la luz de la antorcha del deporte en esta noche de vulgaridad en la que la que muchos deportes se han adulterado víctimas de la masificación, del mercadeo, del dopaje o de las modas. Felicidades a los amantes del rugby por su retorno a los Juegos Olímpicos y -permítame el lector esta referencia personal- felicidades a mis compañeros del Estudiantes Rugby Club y de la Selección Cántabra de Rugby en estos XXX años de celebración de su fundación.
http://www.eldiariomontanes.es/prensa/2 ... 91026.html
Rugby y Olimpiadas de Alberto Gatón Lasheras
Re: Rugby y Olimpiadas de Alberto Gatón Lasheras
jo*** si que es conocido el Padrer Lopez. Me encanta que la gente se acuerde de nosotros
" Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio" J.M. Serrat