LOS VALORES, EL ENTORNO Y LOS CHICOS reflexiones para entrenadores
Publicado: Mié, 14 Dic 2011, 12:49
Reflexión acerca de los valores y la enseñanza que se transmite en cada paso que se da en el rugby y el entorno al que nos enfrentamos los entrenadores de niños.
Uno de los artífices del desarrollo del rugby fue un ingles llamado Arnold, quien concibió el rugby como un medio eficaz para que los jugadores se convirtieran en buenas personas. Arnold pensaba que la práctica de este deporte contribuía no solo al desarrollo corporal sino también a la formación de mejores personas.
El rugby, ha sido concebido desde siempre como un instrumento de cambio, como un elemento transformador de la realidad de quienes lo enseñan y practican. Es, en su esencia, un deporte formativo y ese valor constituye su elemento distintivo por excelencia.
Un estudio del Gobierno Vasco publicado recientemente en El País, indicaba que un 27% de los encuestados (deporte escolar) afirmaba haber asistido a competiciones deportivas infantiles en las que se han producido agresiones verbales del público hacia los deportistas. Curioso, porque en ese tipo de competición la condición de espectador suele coincidir casi al 100% con la del entorno familiar y social del niño.
Vivimos en un sociedad de gran competitividad y los niños en este entorno deben formar su personalidad, su escala de valores y algo muy importante la AUTOESTIMA, Pero ¿como un concepto de tanto valor en la vida como es la competitividad, en el deporte puede pervertirse y convertirse en algo destructivo, incluso generador de violencia? ¿Por que la competitividad trunca el sentimiento de compromiso, solidaridad, sacrificio, disciplina, entrega y diversión en un deporte de equipo?
El entorno del niño en ocasiones, puede caer en un ejemplo de comportamientos identificados con la figura de un hooligan, alguien que siendo una persona equilibrada, en un entorno deportivo, ve como la consecución de objetivos particulares y el éxito individual hace que valga todo "ganar y ser el mejor parece que justifica cualquier comportamiento". ¿Todos llevamos un hooligan dentro cuando nuestro hijo, sobrino o incluso jugador de nuestro propio equipo como entrenadores, se pone ante nuestros ojos? Parece que mayoritariamente es así. Basta con acercarse cualquier fin de semana a instalaciones deportivas donde compitan niños, para ver la actitud de algunos niños o familiares cuando le cambian de puesto o sustituyen por otro muchacho. Cada vez vemos más niños que no llegan al deporte con el objetivo o la idea formarse, aprender y pasarlo bien, sino con el objetivo de triunfar y de ganar".
El rugby puede representar por su condición de instrumento de cambio, un elemento transformador de esta realidad y el citado informe del Gobierno Vasco concluye, que hay una figura principal en la formación y en la prevención de estas situaciones: "El entrenador es la primera referencia del niño en el entorno del deporte". El rugby es en su esencia, un deporte formativo desde el punto de vista de la “persona” y ese valor constituye su elemento distintivo por excelencia, ello es así porque contribuye a formar la personalidad y autoestima del individuo.
El rugby forma niños comprometidos, solidarios y sacrificados porque el rugby es esfuerzo, sacrificio, solidaridad, disciplina, entrega, lucha frente a la adversidad y trabajo en equipo. Su verdadera grandeza radica esencialmente en que todos son importantes, sin equipo no hay nada, sin sacrificio y esfuerzo de todos es imposible jugar, el rugby permite integrar a niños y jóvenes de toda índole, altos y bajos, delgados y gruesos, rápidos y lentos, pero con corazón todos pueden, no solo practicarlo, sino sentirse parte importante del grupo, del equipo, incluso ser protagonistas de éxitos comunes y logros de equipo. Así, bajo esa atmosfera de inclusión y grandeza, cada uno podrá sentirse valioso y útil, un padre hace poco me decía que su hijo en el rugby se sentía por primera vez integrado en un grupo de niños, y se sentía uno más.
El desarrollo de la autoestima, esa consciencia individual de lo que uno es y lo bueno que puede llegar a ser, puede tener en el deporte en general y el rugby en particular un aliado crucial para el desarrollo de una buena persona.
¿Quien se anima?
JUAN CARLOS POWYS
ENTRENADOR LINCES-JABATOS
CETRANSA EL SALVADOR
Uno de los artífices del desarrollo del rugby fue un ingles llamado Arnold, quien concibió el rugby como un medio eficaz para que los jugadores se convirtieran en buenas personas. Arnold pensaba que la práctica de este deporte contribuía no solo al desarrollo corporal sino también a la formación de mejores personas.
El rugby, ha sido concebido desde siempre como un instrumento de cambio, como un elemento transformador de la realidad de quienes lo enseñan y practican. Es, en su esencia, un deporte formativo y ese valor constituye su elemento distintivo por excelencia.
Un estudio del Gobierno Vasco publicado recientemente en El País, indicaba que un 27% de los encuestados (deporte escolar) afirmaba haber asistido a competiciones deportivas infantiles en las que se han producido agresiones verbales del público hacia los deportistas. Curioso, porque en ese tipo de competición la condición de espectador suele coincidir casi al 100% con la del entorno familiar y social del niño.
Vivimos en un sociedad de gran competitividad y los niños en este entorno deben formar su personalidad, su escala de valores y algo muy importante la AUTOESTIMA, Pero ¿como un concepto de tanto valor en la vida como es la competitividad, en el deporte puede pervertirse y convertirse en algo destructivo, incluso generador de violencia? ¿Por que la competitividad trunca el sentimiento de compromiso, solidaridad, sacrificio, disciplina, entrega y diversión en un deporte de equipo?
El entorno del niño en ocasiones, puede caer en un ejemplo de comportamientos identificados con la figura de un hooligan, alguien que siendo una persona equilibrada, en un entorno deportivo, ve como la consecución de objetivos particulares y el éxito individual hace que valga todo "ganar y ser el mejor parece que justifica cualquier comportamiento". ¿Todos llevamos un hooligan dentro cuando nuestro hijo, sobrino o incluso jugador de nuestro propio equipo como entrenadores, se pone ante nuestros ojos? Parece que mayoritariamente es así. Basta con acercarse cualquier fin de semana a instalaciones deportivas donde compitan niños, para ver la actitud de algunos niños o familiares cuando le cambian de puesto o sustituyen por otro muchacho. Cada vez vemos más niños que no llegan al deporte con el objetivo o la idea formarse, aprender y pasarlo bien, sino con el objetivo de triunfar y de ganar".
El rugby puede representar por su condición de instrumento de cambio, un elemento transformador de esta realidad y el citado informe del Gobierno Vasco concluye, que hay una figura principal en la formación y en la prevención de estas situaciones: "El entrenador es la primera referencia del niño en el entorno del deporte". El rugby es en su esencia, un deporte formativo desde el punto de vista de la “persona” y ese valor constituye su elemento distintivo por excelencia, ello es así porque contribuye a formar la personalidad y autoestima del individuo.
El rugby forma niños comprometidos, solidarios y sacrificados porque el rugby es esfuerzo, sacrificio, solidaridad, disciplina, entrega, lucha frente a la adversidad y trabajo en equipo. Su verdadera grandeza radica esencialmente en que todos son importantes, sin equipo no hay nada, sin sacrificio y esfuerzo de todos es imposible jugar, el rugby permite integrar a niños y jóvenes de toda índole, altos y bajos, delgados y gruesos, rápidos y lentos, pero con corazón todos pueden, no solo practicarlo, sino sentirse parte importante del grupo, del equipo, incluso ser protagonistas de éxitos comunes y logros de equipo. Así, bajo esa atmosfera de inclusión y grandeza, cada uno podrá sentirse valioso y útil, un padre hace poco me decía que su hijo en el rugby se sentía por primera vez integrado en un grupo de niños, y se sentía uno más.
El desarrollo de la autoestima, esa consciencia individual de lo que uno es y lo bueno que puede llegar a ser, puede tener en el deporte en general y el rugby en particular un aliado crucial para el desarrollo de una buena persona.
¿Quien se anima?
JUAN CARLOS POWYS
ENTRENADOR LINCES-JABATOS
CETRANSA EL SALVADOR