No siempre son odiosas
Publicado: Mar, 29 Jun 2010, 11:57
No siempre son odiosas
27/06/2010 | Las comparaciones. Tercer Tiempo
En estos días resulta imposible abstraerse de la atracción que ejerce el campeonato mundial de fútbol, ya que en cada diario, radio o estación de televisión se dedican incontables espacios a comentar hasta los detalles más ínfimos del acontecimiento. Desde el rugby tampoco nos podemos hacer los distraídos, pues pese la copa mundial juvenil disputada en el litoral, la serie internacional de Los Pumas y la competencia local, inevitablemente hemos estado también con un ojo en el fútbol. Los lectores se preguntarán, que tiene eso que ver con una página dedicada al rugby?
Bueno, el caso es que nos hemos decidido a escribir después de observar los descomunales errores cometidos por los referis designado para el evento, siendo a nuestro juicio uno de los de mayor magnitud el del que omitió convalidar el segundo gol de Inglaterra en su partido con Alemania, cuando resultó evidente que la pelota ingresó al menos medio metro dentro del arco alemán.
Las autoridades de la FIFA se han negado sistemáticamente a incorporar mecanismos de corrección de los yerros arbitrales, a diferencia del rugby que mediante la introducción del TMO (árbitro de la televisión), suministra al juego un grado de certidumbre de mayor jerarquía al permitir el repaso de determinadas situaciones de juego incorporadas a un protocolo evitando de esa manera que los referis incurran en gruesos errores. En ese sentido el IRB se ha puesto a la cabeza de la modernización, en loable voluntad superadora, pero valiéndose de recursos ya experimentados en el fútbol americano.
Se le adjudica a Joseph Blatter, mandamás de la FIFA, la expresión que el error del referi contribuye a la belleza del juego. Habría que preguntarle a los ingleses si después de su eliminación comparten ese concepto aparentemente tan altruista. Es que en realidad, la política deportiva de la FIFA promueve conservar el amplio margen de error de sus referis ya que sus asesores de mercadeo así se lo aconsejan, puesto que tales errores provocarán invariablemente interminables discusiones periodísticas que se extenderán por semanas, meses y hasta años, ganando de ese modo mas - del que ya tiene - centímetros de papel y tiempo en el aire por parte de este deporte.
Contrariamente, el IRB ha preferido garantizar el fair play, es decir el juego limpio, brindando a los actores principales del juego una herramienta eficaz, aunque no perfecta para solucionar controversias, aunque ello le pueda provocar menos prensa por las falencias de sus propios sistemas.
Como se ve se trata de conductas antagónicas, que revelan el grado de ingerencia que en el rugby conservan aún jugadores y entrenadores, algo de lo que debemos estar orgullosos, mientras que en el fútbol, las quejas de los protagonistas por las deficiencias de la pelota oficial recién se van a dirimir después del mundial, es decir cuando ya no tenga utilidad lo que se decida, pero en el interín todo el mundo hablará de ello.
Imaginemos que simple hubiera sido para el referi del partido Inglaterra con Alemania detener el juego y preguntarle a su colaborador en la televisión si le podía confirmar si toda la circunsferencia del balón había traspuesto la línea de gol, pero esto no habría provocado comentarios en la prensa porque hubiera sido un hecho confirmado por las imágenes.
A todo esto pude finalmente averiguar el origen de la palabra "soccer" con la cual se identifica el fútbol a secas en algunos países sajones, especialmente Estados Unidos.
Sucede que en los orígenes, todos los juegos, incluido el rugby se llamaban "foot ball" aunque se pudieran usar las manos y cuando se produjo la separación del juego que permitía el trato de la pelota solamente con los pies, se formó la asociación respectiva o Association, de allí que quienes lo practicaran fueran denominados soccers o sea miembros de la asociación, por síntesis de la palabra madre.
Fuente: www.tercertiemporugby.com.ar
27/06/2010 | Las comparaciones. Tercer Tiempo
En estos días resulta imposible abstraerse de la atracción que ejerce el campeonato mundial de fútbol, ya que en cada diario, radio o estación de televisión se dedican incontables espacios a comentar hasta los detalles más ínfimos del acontecimiento. Desde el rugby tampoco nos podemos hacer los distraídos, pues pese la copa mundial juvenil disputada en el litoral, la serie internacional de Los Pumas y la competencia local, inevitablemente hemos estado también con un ojo en el fútbol. Los lectores se preguntarán, que tiene eso que ver con una página dedicada al rugby?
Bueno, el caso es que nos hemos decidido a escribir después de observar los descomunales errores cometidos por los referis designado para el evento, siendo a nuestro juicio uno de los de mayor magnitud el del que omitió convalidar el segundo gol de Inglaterra en su partido con Alemania, cuando resultó evidente que la pelota ingresó al menos medio metro dentro del arco alemán.
Las autoridades de la FIFA se han negado sistemáticamente a incorporar mecanismos de corrección de los yerros arbitrales, a diferencia del rugby que mediante la introducción del TMO (árbitro de la televisión), suministra al juego un grado de certidumbre de mayor jerarquía al permitir el repaso de determinadas situaciones de juego incorporadas a un protocolo evitando de esa manera que los referis incurran en gruesos errores. En ese sentido el IRB se ha puesto a la cabeza de la modernización, en loable voluntad superadora, pero valiéndose de recursos ya experimentados en el fútbol americano.
Se le adjudica a Joseph Blatter, mandamás de la FIFA, la expresión que el error del referi contribuye a la belleza del juego. Habría que preguntarle a los ingleses si después de su eliminación comparten ese concepto aparentemente tan altruista. Es que en realidad, la política deportiva de la FIFA promueve conservar el amplio margen de error de sus referis ya que sus asesores de mercadeo así se lo aconsejan, puesto que tales errores provocarán invariablemente interminables discusiones periodísticas que se extenderán por semanas, meses y hasta años, ganando de ese modo mas - del que ya tiene - centímetros de papel y tiempo en el aire por parte de este deporte.
Contrariamente, el IRB ha preferido garantizar el fair play, es decir el juego limpio, brindando a los actores principales del juego una herramienta eficaz, aunque no perfecta para solucionar controversias, aunque ello le pueda provocar menos prensa por las falencias de sus propios sistemas.
Como se ve se trata de conductas antagónicas, que revelan el grado de ingerencia que en el rugby conservan aún jugadores y entrenadores, algo de lo que debemos estar orgullosos, mientras que en el fútbol, las quejas de los protagonistas por las deficiencias de la pelota oficial recién se van a dirimir después del mundial, es decir cuando ya no tenga utilidad lo que se decida, pero en el interín todo el mundo hablará de ello.
Imaginemos que simple hubiera sido para el referi del partido Inglaterra con Alemania detener el juego y preguntarle a su colaborador en la televisión si le podía confirmar si toda la circunsferencia del balón había traspuesto la línea de gol, pero esto no habría provocado comentarios en la prensa porque hubiera sido un hecho confirmado por las imágenes.
A todo esto pude finalmente averiguar el origen de la palabra "soccer" con la cual se identifica el fútbol a secas en algunos países sajones, especialmente Estados Unidos.
Sucede que en los orígenes, todos los juegos, incluido el rugby se llamaban "foot ball" aunque se pudieran usar las manos y cuando se produjo la separación del juego que permitía el trato de la pelota solamente con los pies, se formó la asociación respectiva o Association, de allí que quienes lo practicaran fueran denominados soccers o sea miembros de la asociación, por síntesis de la palabra madre.
Fuente: www.tercertiemporugby.com.ar