JAVIER G.CANCHO SE DESPIDE DEL CLUB PARA AFRONTAR NUEVO RETO EN RUGBY NACIONAL
Publicado: Lun, 17 May 2010, 21:09
transcribo la carta de Javier G.Cancho, que me ha hecho llegar como a otros compañeros y amigos del club.
Me enfrento a esta situación que no es otra que mi despedida del equipo de mi vida, El Salvador, con un puñado de recuerdos y de sensaciones , en su mayoría grandes recuerdos y magníficas sensaciones.
Llegué a El Salvador, con apenas trece años, de la mano de Chema Lobón, gran amigo de mi hermano Juan Carlos. En El Salvador, viví mi juventud de manera extraordinaria y me educaron en los valores del deporte: esfuerzo, sacrificio, compañerismo, amistad y vida sana, valores que hoy mantengo como una forma de entender mi propia vida.
Luís Labajos, hizo posible que el rugby entrara en mi vida y me marcó el camino de forma y manera que después de mi etapa de jugador continuase como entrenador.
Se que al referirme a algunas personas, olvidaré a otras, pero eso no es verdad, os recuerdo a todos los que habéis formado parte de mi vida, pero no puedo, por cuestión de espacio, espero que lo entendáis, referirme a todos.
Israel Gorostiza, amigo del alma y compañero fiel, ambos dirigimos a El Salvador y ambos vivimos alegrías y sinsabores, pero siempre desde la más profunda compenetración y buscando lo mejor para nuestro equipo.
Acebes y Juan Carlos, trabajadores incansables, sin ellos y otros como ellos, el proyecto del El Salvador no hubiera sido posible, cuantos años juntos.
Guillermo y Víctor, ¿cuántas veces, disfrutando de unas cervezas, hemos planeado, hoy habría que decir, planificado acciones y estrategias para ir desarrollando nuestro rugby?, sobre todo después de ver como se entendía nuestro deporte, más allá de nuestras fronteras.
Como decía al comenzar estas líneas, entre en El Salvador con trece años y lo dejo, mejor dicho, me aparto temporalmente, con cuarenta y tres años. Hoy treinta años después, veo las cosas desde otra perspectiva.
Sigo ilusionado con el rugby, el rugby continúa marcando mi vida, pero ha llegado la hora de emprender nuevos caminos, así lo entendieron en su momento el gran capitán de El Salvador, “Pirulo”, con él jugué, después fui su entrenador y a él le pedí que pasará la capitanía del equipo a Alvar Enciso.
Hombres, jugadores y amigos, como “Pirulo” y Alvar, engrandecen este deporte hasta cotas para muchos desconocidas. “Pirulo”, no sólo entendió mi petición, la aceptó con grandeza de miras y ayudó a quién tomaba su relevo a liderar el grupo.
Dos ejemplos a seguir y dos actitudes que me han permitido ver el deporte y la vida desde otra dimensión, como es la de la generosidad y el compromiso; nunca desde la perspectiva cortoplacista o interesada, siempre desde la idea de luchar, trabajar y apoyar aquello en lo que creo.
Y en esto estaba, cuando me crucé con Tito Candau, el Presidente “total”, el hombre que trajo el gran cambio a nuestro Club y la persona que confió en mí, para ser su Director Deportivo y más tarde el Gerente de El Salvador.
A ti amigo Tito, a ti compañero, gracias por tu confianza y sobre todo, por tu amistad. Sólo a un amigo como tú, se le puede pedir consejo y siempre has estado ahí, dispuesto a ayudar. Gracias de todo corazón, Tito.
Encontrándome de lleno en el cajón de los recuerdos, no abriría del todo mi corazón, sino recordara ahora la victoria del equipo de El Salvador sobre el Técnico, en Lisboa. Jugábamos la Copa Ibérica y mi equipo, nuestro equipo hizo un partido perfecto.
Nuestra primera participación europea, la alegría fue infinita, pero, siempre hay un pero, mi padre sufrió un derrame cerebral. Seis meses después, mi padre podía presenciar el primer partido que El Salvador jugaba en Europa, contra el equipo más antiguo del mundo, los Harlequíns, de Inglaterra. Mi padre estaba allí, junto a otros doscientos aficionados seguidores del El Salvador y yo era el hijo más feliz del mundo y el Director Deportivo, más feliz del mundo.
El rugby, siempre el rugby en mi vida. Personas, lugares, alegrías y sinsabores, todo alrededor de un balón oval que me ha permitido ver el mundo de otra forma.
Siempre se ha dicho que, es de bien nacidos el ser agradecidos, no quisiera terminar esta carta, sin dar las gracias a las instituciones de Castilla y León por su apoyo y ayuda, gracias a la Junta y a sus responsables en el ámbito deportivo, a la Diputación de Valladolid y sobre todo a la Fundación Municipal de Deportes de esta mi ciudad, gracias en el nombre de mi Club, El Salvador y en el mío propio.
Adiós amigos, mejor dicho “hasta siempre”, ahora pretendo llegar a la Federación Española de Rugby, empujado por un numeroso grupo de amigos que se han comprometido conmigo y con este deporte, para ver si entre todos somos capaces de convertirlo en el 4º deporte nacional. Mimbres hay, espero construir un cesto en el que quepa todo lo bueno y más de lo aprendido en el equipo de mi vida, El Salvador.
Gracias a todos
Javier González Cancho
Me enfrento a esta situación que no es otra que mi despedida del equipo de mi vida, El Salvador, con un puñado de recuerdos y de sensaciones , en su mayoría grandes recuerdos y magníficas sensaciones.
Llegué a El Salvador, con apenas trece años, de la mano de Chema Lobón, gran amigo de mi hermano Juan Carlos. En El Salvador, viví mi juventud de manera extraordinaria y me educaron en los valores del deporte: esfuerzo, sacrificio, compañerismo, amistad y vida sana, valores que hoy mantengo como una forma de entender mi propia vida.
Luís Labajos, hizo posible que el rugby entrara en mi vida y me marcó el camino de forma y manera que después de mi etapa de jugador continuase como entrenador.
Se que al referirme a algunas personas, olvidaré a otras, pero eso no es verdad, os recuerdo a todos los que habéis formado parte de mi vida, pero no puedo, por cuestión de espacio, espero que lo entendáis, referirme a todos.
Israel Gorostiza, amigo del alma y compañero fiel, ambos dirigimos a El Salvador y ambos vivimos alegrías y sinsabores, pero siempre desde la más profunda compenetración y buscando lo mejor para nuestro equipo.
Acebes y Juan Carlos, trabajadores incansables, sin ellos y otros como ellos, el proyecto del El Salvador no hubiera sido posible, cuantos años juntos.
Guillermo y Víctor, ¿cuántas veces, disfrutando de unas cervezas, hemos planeado, hoy habría que decir, planificado acciones y estrategias para ir desarrollando nuestro rugby?, sobre todo después de ver como se entendía nuestro deporte, más allá de nuestras fronteras.
Como decía al comenzar estas líneas, entre en El Salvador con trece años y lo dejo, mejor dicho, me aparto temporalmente, con cuarenta y tres años. Hoy treinta años después, veo las cosas desde otra perspectiva.
Sigo ilusionado con el rugby, el rugby continúa marcando mi vida, pero ha llegado la hora de emprender nuevos caminos, así lo entendieron en su momento el gran capitán de El Salvador, “Pirulo”, con él jugué, después fui su entrenador y a él le pedí que pasará la capitanía del equipo a Alvar Enciso.
Hombres, jugadores y amigos, como “Pirulo” y Alvar, engrandecen este deporte hasta cotas para muchos desconocidas. “Pirulo”, no sólo entendió mi petición, la aceptó con grandeza de miras y ayudó a quién tomaba su relevo a liderar el grupo.
Dos ejemplos a seguir y dos actitudes que me han permitido ver el deporte y la vida desde otra dimensión, como es la de la generosidad y el compromiso; nunca desde la perspectiva cortoplacista o interesada, siempre desde la idea de luchar, trabajar y apoyar aquello en lo que creo.
Y en esto estaba, cuando me crucé con Tito Candau, el Presidente “total”, el hombre que trajo el gran cambio a nuestro Club y la persona que confió en mí, para ser su Director Deportivo y más tarde el Gerente de El Salvador.
A ti amigo Tito, a ti compañero, gracias por tu confianza y sobre todo, por tu amistad. Sólo a un amigo como tú, se le puede pedir consejo y siempre has estado ahí, dispuesto a ayudar. Gracias de todo corazón, Tito.
Encontrándome de lleno en el cajón de los recuerdos, no abriría del todo mi corazón, sino recordara ahora la victoria del equipo de El Salvador sobre el Técnico, en Lisboa. Jugábamos la Copa Ibérica y mi equipo, nuestro equipo hizo un partido perfecto.
Nuestra primera participación europea, la alegría fue infinita, pero, siempre hay un pero, mi padre sufrió un derrame cerebral. Seis meses después, mi padre podía presenciar el primer partido que El Salvador jugaba en Europa, contra el equipo más antiguo del mundo, los Harlequíns, de Inglaterra. Mi padre estaba allí, junto a otros doscientos aficionados seguidores del El Salvador y yo era el hijo más feliz del mundo y el Director Deportivo, más feliz del mundo.
El rugby, siempre el rugby en mi vida. Personas, lugares, alegrías y sinsabores, todo alrededor de un balón oval que me ha permitido ver el mundo de otra forma.
Siempre se ha dicho que, es de bien nacidos el ser agradecidos, no quisiera terminar esta carta, sin dar las gracias a las instituciones de Castilla y León por su apoyo y ayuda, gracias a la Junta y a sus responsables en el ámbito deportivo, a la Diputación de Valladolid y sobre todo a la Fundación Municipal de Deportes de esta mi ciudad, gracias en el nombre de mi Club, El Salvador y en el mío propio.
Adiós amigos, mejor dicho “hasta siempre”, ahora pretendo llegar a la Federación Española de Rugby, empujado por un numeroso grupo de amigos que se han comprometido conmigo y con este deporte, para ver si entre todos somos capaces de convertirlo en el 4º deporte nacional. Mimbres hay, espero construir un cesto en el que quepa todo lo bueno y más de lo aprendido en el equipo de mi vida, El Salvador.
Gracias a todos
Javier González Cancho