En Guernica vive el rugby
Guernica, ubicada a 36 kilómetros al sur de la ciudad de Buenos Aires, es la cabecera del partido Presidente Perón, que tiene un triste récord: posee el NBI (Necesidades Básicas Insatisfechas) más alto del conurbano bonaerense. Allí, como en tantos otros puntos del país, la droga hace estragos en los chicos. Pero el deporte, en este caso con el rugby, abre una esperanza, al menos para mejorar en algo la calidad de vida.
Un nuevo proyecto se ha puesto en marcha con la creación del Guernica Rugby Club, que en menos de 8 meses ya cuenta con unos 100 chicos corriendo detrás de la ovalada, y con un espacio propio en el Polideportivo que le cedió la Municipalidad local. La experiencia viene siendo tan rica que los sueños se extienden a lograr un lugar en el Grupo IV del torneo de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA).
Como suele suceder en el rugby argentino amateur, todo es a pulmón y a pura pasión. La idea nació a comienzos del año pasado, cuando Gustavo Moriñico –de pasado por varios clubes- se puso a jugar con sus hijos al rugby en una plaza. A los pocos días se fueron sumando chicos del Grupo Scout de la Parroquia Cristo Rey y otros del barrio La Yaya, uno de los más poblados de Guernica.
Fue entonces cuando el 6 de abril del año pasado se creó La Yaya Rugby Club, con chicos de 15 a 17 años que se entrenaban en una plaza mientras los dealers buscaban cómo sacarlos del lugar para venderles drogas. Gustavo y Claudia, su esposa, comprendieron que había que ir un poco más allá, y en pleno invierno, casi sobre la noche, se organizaron para llevarlos a los chicos a su casa y prepararles allí una merienda.
La movida enseguida empezó a circular y, pronto, se unió un grupo de padres sin una idea de rugby, pero con la voluntad de apuntalar la tarea de los Moriñico. En mayo, cambiaron el nombre por el de Guernica y buscaron un terreno baldío, donde armaron una cancha y colocaron las dos H que les consiguió la Municipalidad.
"El único que había jugado al rugby era yo, pero eso no importó; todos se comprometieron como si hubiesen conocido al rugby de toda su vida", me cuenta Miguel Burdisso, quien más adelante concretó en un amistoso otro sueño propio: a los 46 años formó en el pack del mismo equipo junto a su hijo de 14.
En julio, Guernica empezó a jugar. El debut fue con Porteño, vecino de San Vicente. Bajo la lluvia y un frío típico de invierno, la mayoría de los chicos lo hizo en zapatillas –botines era el lujo de unos pocos- y con unas camisetas de fútbol que cedió la Municipalidad. Perdieron 27-0, pero el entusiasmo y el espíritu ganaron por goleada.
Al siguiente, con Varela Jr., llegó el primer try (42-5) y después de otros partidos con el vecino Defensores de Glew, con Beromama, Lanús, San Marcos, Monte Grande y Mataderos, surgió la idea de anotarse en los Torneos Juveniles Bonaerenses. La suerte les deparó enfrentarse nada menos que con Pucará, lider en las divisiones juveniles de la URBA. Perdieron 111-5, pero festejaron como un campeonato haberle marcado un try a un club de Primera.
Más tarde llegó una victoria contra Glew. Ya con camiseta propia: negra, con mangas rojas, gracias a una donación.
En los primeros días de este año empezaron los entrenamientos de los Infantiles y Juveniles, y está previsto un campamento en Navarro. Por ahora todo lo hacen en una cancha a la cual se le agregaron postes a los de fútbol, pues aún no pudieron trasladar las H que quedaron en el otro terreno.
La historia de Guernica se asemeja en estos tiempos a las de Virreyes y Floresta, y tiene el sello de la cultura de club que existe desde siempre en el rugby argentino, y que es motivo de elogio en todo el mundo.
En otro extremo del conurbano bonaerense, en el Oeste, la gente de Mariano Moreno empezó el año con su quincho destruido a raíz de un incendio provocado por la pirotecnia. Decenas de clubes han trasladado su solidaridad y acción para volver a levantarlo. Incluso, los jugadores del plantel superior desviaron hacia ese fin parte del dinero que recaudaron para la gira que en días emprenderán por Sudáfrica.
El rugby tiene un lema indestructible: sobreponerse a las adversidades. Puede ser en Guernica, en Moreno o en tantos otros puntos de este país. La historia lo certifica día a día.
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En Gernica vive el rugby
Re: En Gernica vive el rugby
Ufff, como mola leer cosas como estas, desde aqui mucho animo a Guernica.