CRONICAS DE LA INDECENCIA
Publicado: Vie, 10 Abr 2009, 13:00
10 abril, 2009 | 01:51
ESPAÑA: Mundialistas a dos euros la hora
En el año 2002 un internacional por España cobraba 100 euros al día de concentración (eran de cinco días) y unas primas que oscilaban entre los 400 (por ganar a Rumania) y los 250 (Portugal y Chequia). Han pasado siete años. Hoy, marzo de 2009, un jugador español cobra 34 euros por día de concentración y 60 si es concentración con partido incluido. Es decir, desde la Federación se pretende que España se meta en el Mundial pagando a sus jugadores 2,5 euros la hora. Tercermundista.
Quizás por eso, los jugadores se movilizaron para arreglar el asunto. A finales de 2008 Iván Criado Garachana era el capitán de la Selección, hombre de confianza del seleccionador Ged Glynn. El inglés le entregó el brazalete sin ser el más veterano y fue titular en todos los partidos. Pero a Garachana tuvo la iniciativa, como capitán, de instar a Keith Chapman, mánager del equipo, a resolver la situación. Los 24 internacionales se reunieron y firmaron una carta redactada en la que se designaba a los capitanes como interlocutores ante Alfonso Mandado. Esa carta está hoy en algún cajón en casa de Garachana y nunca fue presentada a Mandado ni a Chapman. Al jugador se le emplazó a resolver el asunto en una concentración posterior, pero ya no hubo más concentraciones para él. ¿Por qué ha desaparecido Iván de la Selección? El seleccionador Ged Glynn respondió incómodo a este periodista esa pregunta antes del choque ante Rumania: "Ha sido un jugador que ha aportado mucho estos años, pero ahora hay terceras que están a mejor nivel que él". Al hilo de esto, surge otra pregunta: ¿Obedece Glynn a Mandado? Me aseguran que no. Incluso me dicen que las relaciones se enfriaron desde finales de 2008. De hecho Glynn, en el discurso pre-partido ante Portugal, el que pudo ser su último partido, advirtió a los jugadores sobre la falta al respeto de la IRB y de la Federación. Un dato esclarecedor es que el inglés, que telefoneaba a Garachana con cierta frecuencia, no ha vuelto a llamarle tras aquello.
Desde que en 1995 se aprobó la profesionalización del rugby, el factor físico ha ampliado las distancias entre las selecciones de primer nivel y el resto. Antes un centro pesaba 84 kilos, hoy 93. El pasado otoño Glynn visitó varias ciudades para dar a conocer a los jugadores un plan de profesionalización propuesto por la FER que consistía en lo siguiente: Si dejas tu trabajo y te dedicas al rugby profesionalmente, la FER te paga 2.000 euros mensuales. Garantizaban seis meses, aunque luego se quedaron en tres, de enero de 2009 a marzo. De hecho, cierto delantero solicitó una excedencia en su empresa de seis meses y luego se encontró que el plan de la FER se reducía a tres. ¿Y quién le pagó los otros tres meses? Parece que la FER. El dinero de este peculiar plan de trabajo procedía de la IRB y, como pueden imaginar, la iniciativa no ha tenido excesivo éxito. Porque abandonar un trabajo para prepararte tres meses y luego quedarte parado no parece una buena idea en ningún sitio del mundo, salvo en Ferraz 16, sede de la FER. El problema se agrava si prometes a jugadores profesionales en sus clubes un dinero por ir a la Selección que luego rebajas por decisión unilateral. Incluso, me cuentan, que a una de las estrellas se le quiso rebajar lo prometido y se negó. Al final parece que la FER lo solucionó dando un pellizco a los ingresos de otro compañero que juega en la misma demarcación.
Pero la evidente falta de profesionalidad en el entorno de la Selección va más allá de la financiación. El día del encuentro ante Georgia tres jugadores españoles abandonaron el Central de Madrid en camilla rumbo al Hospital: Feijoo con un golpe en la cadera, Sergio Souto con el ligamento de su rodilla tocado y Palumbo con un golpe en la cabeza que recomendó un análisis posterior. Pues bien, ni el médico, ni el fisioterapeuta, ni el delegado, ni el mánager de la Selección acompañaron a los jugadores o hicieron acto de presencia en el Hospital. El único miembro adscrito a la FER que apareció fue Enrique Roldán, secretario técnico, que acompañó a Feijoo y se cruzó con Palumbo cuando éste salía. Lamentable sí, pero mucho más grave. Pero hacen lo que ven. El presidente Alfonso Mandado decidió no ejercer de anfitrión ante rumanos y georgianos en los terceros tiempos de ambos partidos. Cogió el coche y a sumar kilometraje de vuelta a Vigo. El panorama alcanza tintes dantescos si hablamos de la equipación. Los jugadores no pudieron regalar ni una camiseta o unas medias a los chavales tras ambos partidos porque al finalizar el contrato que la FER tenía firmado con Westport, marca que vestía al XV del león, la Selección no tenía más ropa. A cada jugador se le entregó una camiseta y unas medias para los siguientes tres partidos. Incluso se descontaron 40 euros a Jaime Nava por regalar dos balones tras el partido ante RumanIa. Eso sí, el mismo Nava rescató dos balones en la invasión de campo posterior al choque con Georgia, servidor fue testigo, y la FER no le retribuyó por ello. Pero la crisis no sólo afecta a los chicos. La selección femenina de Seven acudió a Dubai estrenando ropa Viator regalada por la marca alicantina.
Y mientras la cúpula de la FER soporta impasible el desembarco de la profesionalidad y lo que se tercie. More, Rafa Sempere y Carlos Bernardos Terry completan junto al presidente el cuarteto de jinetes del Apocalipsis del rugby español. Mandado sigue viviendo como un profesional, pero con la ventaja de no serlo. Quizás por eso no cuajó la iniciativa del directivo del Bera Bera Kote Olaizola de profesionalizar el cargo de presidente en la última Asamblea. Eso acarrearía responsabilidades. Y como guinda a este análisis de la indefensión en la que viven nuestros internacionales (lo de las chicas da para un libro), una jugosa conversación telefónica. La única que Mandado mantuvo con el capitán Garachana y cuyo propósito inicial era confirmar el descuento a Nava de esos 40 euros que ya son parte de la surrealista historia del rugby español. Mandado concluyó el diálogo con una promesa y un grotesco consejo: "Mira Iván, vamos a cambiar las concentraciones de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, que es muy cara, a la Blume. Y lo ahorrado lo destinaremos a los jugadores. Aunque si quieres ganar dinero en el rugby, hazte árbitro". Las concentraciones cambiaron de sede, pero nunca se incrementó la asignación de los jugadores. ¿Con dirigentes así queremos ir a un Mundial? Pero la culpa no es suya. No nos engañemos. La culpa es de quienes le votan. De esos hablaremos en una próxima columna.
(Texto publicado en la revista 'Desde la línea de 22' y que cerraría el ciclo de artículos: Crónicas de Lisboa (y IV)
DIARIO AS
ESPAÑA: Mundialistas a dos euros la hora
En el año 2002 un internacional por España cobraba 100 euros al día de concentración (eran de cinco días) y unas primas que oscilaban entre los 400 (por ganar a Rumania) y los 250 (Portugal y Chequia). Han pasado siete años. Hoy, marzo de 2009, un jugador español cobra 34 euros por día de concentración y 60 si es concentración con partido incluido. Es decir, desde la Federación se pretende que España se meta en el Mundial pagando a sus jugadores 2,5 euros la hora. Tercermundista.
Quizás por eso, los jugadores se movilizaron para arreglar el asunto. A finales de 2008 Iván Criado Garachana era el capitán de la Selección, hombre de confianza del seleccionador Ged Glynn. El inglés le entregó el brazalete sin ser el más veterano y fue titular en todos los partidos. Pero a Garachana tuvo la iniciativa, como capitán, de instar a Keith Chapman, mánager del equipo, a resolver la situación. Los 24 internacionales se reunieron y firmaron una carta redactada en la que se designaba a los capitanes como interlocutores ante Alfonso Mandado. Esa carta está hoy en algún cajón en casa de Garachana y nunca fue presentada a Mandado ni a Chapman. Al jugador se le emplazó a resolver el asunto en una concentración posterior, pero ya no hubo más concentraciones para él. ¿Por qué ha desaparecido Iván de la Selección? El seleccionador Ged Glynn respondió incómodo a este periodista esa pregunta antes del choque ante Rumania: "Ha sido un jugador que ha aportado mucho estos años, pero ahora hay terceras que están a mejor nivel que él". Al hilo de esto, surge otra pregunta: ¿Obedece Glynn a Mandado? Me aseguran que no. Incluso me dicen que las relaciones se enfriaron desde finales de 2008. De hecho Glynn, en el discurso pre-partido ante Portugal, el que pudo ser su último partido, advirtió a los jugadores sobre la falta al respeto de la IRB y de la Federación. Un dato esclarecedor es que el inglés, que telefoneaba a Garachana con cierta frecuencia, no ha vuelto a llamarle tras aquello.
Desde que en 1995 se aprobó la profesionalización del rugby, el factor físico ha ampliado las distancias entre las selecciones de primer nivel y el resto. Antes un centro pesaba 84 kilos, hoy 93. El pasado otoño Glynn visitó varias ciudades para dar a conocer a los jugadores un plan de profesionalización propuesto por la FER que consistía en lo siguiente: Si dejas tu trabajo y te dedicas al rugby profesionalmente, la FER te paga 2.000 euros mensuales. Garantizaban seis meses, aunque luego se quedaron en tres, de enero de 2009 a marzo. De hecho, cierto delantero solicitó una excedencia en su empresa de seis meses y luego se encontró que el plan de la FER se reducía a tres. ¿Y quién le pagó los otros tres meses? Parece que la FER. El dinero de este peculiar plan de trabajo procedía de la IRB y, como pueden imaginar, la iniciativa no ha tenido excesivo éxito. Porque abandonar un trabajo para prepararte tres meses y luego quedarte parado no parece una buena idea en ningún sitio del mundo, salvo en Ferraz 16, sede de la FER. El problema se agrava si prometes a jugadores profesionales en sus clubes un dinero por ir a la Selección que luego rebajas por decisión unilateral. Incluso, me cuentan, que a una de las estrellas se le quiso rebajar lo prometido y se negó. Al final parece que la FER lo solucionó dando un pellizco a los ingresos de otro compañero que juega en la misma demarcación.
Pero la evidente falta de profesionalidad en el entorno de la Selección va más allá de la financiación. El día del encuentro ante Georgia tres jugadores españoles abandonaron el Central de Madrid en camilla rumbo al Hospital: Feijoo con un golpe en la cadera, Sergio Souto con el ligamento de su rodilla tocado y Palumbo con un golpe en la cabeza que recomendó un análisis posterior. Pues bien, ni el médico, ni el fisioterapeuta, ni el delegado, ni el mánager de la Selección acompañaron a los jugadores o hicieron acto de presencia en el Hospital. El único miembro adscrito a la FER que apareció fue Enrique Roldán, secretario técnico, que acompañó a Feijoo y se cruzó con Palumbo cuando éste salía. Lamentable sí, pero mucho más grave. Pero hacen lo que ven. El presidente Alfonso Mandado decidió no ejercer de anfitrión ante rumanos y georgianos en los terceros tiempos de ambos partidos. Cogió el coche y a sumar kilometraje de vuelta a Vigo. El panorama alcanza tintes dantescos si hablamos de la equipación. Los jugadores no pudieron regalar ni una camiseta o unas medias a los chavales tras ambos partidos porque al finalizar el contrato que la FER tenía firmado con Westport, marca que vestía al XV del león, la Selección no tenía más ropa. A cada jugador se le entregó una camiseta y unas medias para los siguientes tres partidos. Incluso se descontaron 40 euros a Jaime Nava por regalar dos balones tras el partido ante RumanIa. Eso sí, el mismo Nava rescató dos balones en la invasión de campo posterior al choque con Georgia, servidor fue testigo, y la FER no le retribuyó por ello. Pero la crisis no sólo afecta a los chicos. La selección femenina de Seven acudió a Dubai estrenando ropa Viator regalada por la marca alicantina.
Y mientras la cúpula de la FER soporta impasible el desembarco de la profesionalidad y lo que se tercie. More, Rafa Sempere y Carlos Bernardos Terry completan junto al presidente el cuarteto de jinetes del Apocalipsis del rugby español. Mandado sigue viviendo como un profesional, pero con la ventaja de no serlo. Quizás por eso no cuajó la iniciativa del directivo del Bera Bera Kote Olaizola de profesionalizar el cargo de presidente en la última Asamblea. Eso acarrearía responsabilidades. Y como guinda a este análisis de la indefensión en la que viven nuestros internacionales (lo de las chicas da para un libro), una jugosa conversación telefónica. La única que Mandado mantuvo con el capitán Garachana y cuyo propósito inicial era confirmar el descuento a Nava de esos 40 euros que ya son parte de la surrealista historia del rugby español. Mandado concluyó el diálogo con una promesa y un grotesco consejo: "Mira Iván, vamos a cambiar las concentraciones de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, que es muy cara, a la Blume. Y lo ahorrado lo destinaremos a los jugadores. Aunque si quieres ganar dinero en el rugby, hazte árbitro". Las concentraciones cambiaron de sede, pero nunca se incrementó la asignación de los jugadores. ¿Con dirigentes así queremos ir a un Mundial? Pero la culpa no es suya. No nos engañemos. La culpa es de quienes le votan. De esos hablaremos en una próxima columna.
(Texto publicado en la revista 'Desde la línea de 22' y que cerraría el ciclo de artículos: Crónicas de Lisboa (y IV)
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